Personalmente, yo soy de las que creen que es necesario que el cambio comience en uno. Bien es cierto que la desertificación es un problema físico y ambiental de la tierra en el mundo, pero la solución empieza en la mente. La manera de que ésta sea encontrada, empieza con un cambio de mentalidad profunda y decidida en cada uno de nosotros. La desertificación no es algo que se les haya enseñado a nuestros antepasados, porque no era un problema real, y no es algo que nos enseñen hoy en día pero ahora es por una cuestión de ignorancia de quienes deben enseñar. Sin embargo, a pesar de este triste panorama de desconocimiento, este problema es cierto y todo terreno del mundo está expuesto a ello, sino hacemos algo ahora. La solución que yo humildemente propongo es el repartimiento de información a las personas de todas las naciones. Empezando por los gobiernos de cada Estado, es urgente que se tome a la desertificación como una amenaza mortal; porque aunque no sea directamente, trae consecuencias gravísimas a la sociedad del mundo. Hay que cambiar el pensamiento de que no es necesario evitar la contaminación, la contaminación o la limpieza de espacios de asentamiento humanos, pues sí lo es.
Escrito por: Valeria Mena
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